¿En qué consiste una sesión?
Tras una revisión del historial médico del paciente y de los informes radiológicos y biológicos, se procede a un examen visual, palpatorio y dinámico para buscar las zonas con restricciones de movimiento que podrían afectar al estado de funcionamiento del organismo.
En función de la edad del paciente, su morfología y la zona a corregir se decidirán las técnicas a aplicar. Estas técnicas pueden ir desde la manipulación articular a técnicas viscerales y craneales. El objetivo será rearmonizar las estructuras alteradas en su movilidad. Se trata de técnicas suaves, sin dolor y adaptadas a la edad del paciente y su patología.
Por último, se practicarán varias pruebas con el fin de valorar los beneficios de movilidad alcanzados.
Después de la sesión, se aconseja no hacer deportes o movimientos bruscos durante 48 horas. Es habitual que el paciente sienta molestias o un aumento de la inflamación. Estos fenómenos son normales como resultado de la movilización de la zona tratada y suelen desaparecer al cabo de 2-3 días.
La frecuencia y el número de sesiones dependerá de la patología y de su antigüedad.